viernes, 4 de noviembre de 2011

She was.

Discreta, sensible, risueña... siempre con esa chispa de alegría en su rostro pálido. Nada es comparable a sus ojos claros, que hacían miradas de hielo, bajo una nube de escarcha, mientras mostraba su enorme pero simple sonrisa. Su perfil de bailarina, su piel de cristal, ese pelo tan castaño, esas pecas salpicadas. Tal vez, nadie más tiene ese andar tan estilístico, esos pasos tan musicales...

Pero yo no se cómo és, no la conozco, ni siquiera sé una frase que resuma su vida. Nunca he tenido la oportunidad de acercarme, posiblemente no me hubiera atrevido ni a decirle Hola. Pero es esa cosa, son cuatro años, ella ya está persiguiendo sus sueños, yo no los tengo ni trazados.
Se que ella tal vez nunca se haya parado a mirarme, y se que nunca llegará a leer esto. Simplemente me gustaría convencerme de que su presencia, nunca estará a mi lado. Que soy un iluso (lo se), que me invento historias sin sentido (me lo han dicho varias veces). Pero y que, yo era feliz observándola, yo era feliz cuando ella estaba

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