Beautiful disaster.

Ya no queda espacio para otros dedos entre tus dedos.
No queda más que mirarte y verte solo, inevitablemente perdido.
Eres la mirada triste, el latir desacompasado, el corazón enfermo entre el ruido de las olas, los ojos que reflejan el brillo de las estrellas que se apagaron...
Pero a veces, algo cambia dentro de ti, y te convierte un un genio de palabras, de sonrisas sinceras, y sientes que todo lo que dices podría estar escrito con tu letra en uno de esos libros que día a día prometes que escribirás.
Esos días en los que no cambiarías nada de tu mundo.
Cuando el sol brilla suficiente para olvidar tus desastres, tus días de tormenta.
A veces, una sonrisa cualquiera puede hacerte entender que cada cosa que haces es la correcta.
Y de repente, sin hacer nada para cambiarlo, eres mucho mejor de lo que jamás habrías pensado.

Waterfall.

Siempre he creído que, con agua, todo podía olvidarse.
Cuando salimos de ella, nos inunda esa sensación de querer cambiarlo todo, de querer ser alguien nuevo, hacer algo increíble de nuestras vidas...
Y yo no puedo estar en las manos de alguien que no sabe lo que quiere.
Ahora, en este renacimiento, borraré para siempre lo que me dijiste ayer, y imaginaré cómo sería todo si yo no fuera el que siempre pierde.
Cuando salga, seré inmortal para esos que nunca creyeron en mis palabras.
Mi cuerpo ya no te pertenecera.
Yo ya no perteneceré a nadie.

Left behind.

Trataré de no olvidar tu risa, aunque todavía la oigo a lo lejos.
Las bromas se pierden, los días se acaban, y, después, ya no queda nada.
Es inútil pensar en qué decir si el tiempo nos quitó las palabras.
Absurdo creer en algo que nunca ocurrió.
Se acabó.
Estás lejos.
Sólo queda un recuerdo.

Pronuncias mi nombre justo cuando se te quiebra la voz, corres a abrazarme. Apoyas la cabeza contra mi pecho, sin creer que de aquí unos minutos, ese coche tal vez nos separe para siempre. Te acarició el pelo.
No lo decimos, pero sabemos que no sólo es una despedida.
Intentaremos que no sea para siempre.
Por un momento, hasta respiramos al mismo tiempo, el mismo aire.



Trataré de no olvidar el color de tus ojos inundados de lágrimas.