jueves, 27 de octubre de 2011

When love hurts.

He visto como nos hundíamos, como nuestro polizón se estavellaba contra un enorme iceberg. Vi tu sonrisa entre uno de esos fuertes impulsos. Vi como las velas que yo mismo monté, se quemaban, como se quema la leña en una chimenea. Noté que la brisa no llegaba, nos faltaba aire, y vi como una terrible tormenta se iba acercando por el Oeste. Tu estabas inmóvil, te limitabas a observarme con esa intriga con que lo hacías siempre. Y yo corría de proa a popa, y mi cerebro buscaba soluciones. No sabía que hacer, no estábamos preparados, pero fui hacia tí, como si se acabara el mundo, y intenté besarte, nunca me había atrevido. Pero tu te separaste, mientras tus carcajadas se metían en mi cabeza como azotes, y intentabas que te persiguiera. Yo lo hice, idiota por mi parte, pero me resbalé, me fui contra un lado del barco, y me acurruqué en silencio. Tu seguías mirandome, te pusiste de pie a mi lado, con tu mediasonrisa tan peculiar. Intenté levantarme, pensaba que ahora me dejarías, que solo había sido un juego. Pero me empujaste, me tiraste por la borda, y sufrí un enorme escalofrío. La piel se me tornó morada, me costaba respirar. Y tu me tendías la mano, tal vez con buena intención, tal vez habías entendido lo que me estaba pasando, o tal vez no. Yo no la cogí, no, no aceptaba tus disculpas. Eran ya demasiadas las veces que me habías tirado al suelo, y me daba igual morir, mi vida no tenía sentido. Así que me alejé, oí mi nombre entre el bramido de las olas, sentí una pinzada, mi cuerpo se paralizó, noté como mi corazón dejaba de latir, dejando de mostrar ese amor hacia tu inocencia, y solté
mi último suspiro, tu nombre.

No hay comentarios: