jueves, 20 de noviembre de 2014

Murphy.

"Soñé que volvías durante mucho tiempo.
Me despertaba cada noche, esperando verte aparecer entre una nube de polvo. Con tu chaqueta color camel y la eternidad del universo reflejada en tus pupilas.
Alguna vez creí haberte visto entre los campos de maíz, silbando, andando sin prisa, pensando en otras cosas, como siempre.
Y no era fácil. Esperar, esperar, siempre esperar.
Había días en los que pasaba horas en nuestro cuarto intentando hacer que volvieras. Te llamé en todos los idiomas posibles. Miraba a las estrellas y me inventaba el punto en el cielo en el que te encontrabas, sólo para tranquilizarme, para saber, sin que tú me lo dijeras, que estabas bien, que eras feliz, que volverías.
Otras veces te odiaba.
Llegué a maldecir todas tus cosas.
Te odié por decirme que no existían los fantasmas, por no tener nunca paciencia. 
Pense que sólo alguien realmente malvado sería capaz de ponerme el nombre de algo malo. La maldita ley de Murphy.
El paso de los días sin saber nada de ti, me enfurecía, me enervaba, me entristecía. Me hacía imaginarte allí arriba, terriblemente solo, flotando hacia ninguna parte.
La vida sin ti ya no tenía sentido.
Te necesitaba más que nunca.
Y tú no llegabas"
Interstellar Is the Best and Worst Space Opera You'll Ever See

No hay comentarios: