martes, 11 de noviembre de 2014

Gone, gone, gone.

"Despierto.
Aunque es demasiado pronto para abrir las persianas y empezar el día, lo cierto es que el día ya ha empezado.
Porque sé que tú, al otro lado de la cama, cubierta con la sábana hasta los ojos también estás despierta, pensando en todo.
Me pregunto qué pasará si te vas, si cada mañana al despertar no puedo ver cómo das los buenos días al mundo.
Tengo la impresión de que va a llover cien días cuando por fin te vayas.

Te levantarás sin prisa, tomarás el desayuno con ese ritual tan tuyo, y acabarás con todo.
No tengo ninguna duda de que lo harás fácil, como cuando tomas el Sol, te hartas de los rayos que te golpean las pupilas, y te marchas enfadada.
Ya te imagino. Sentada en esa silla que, aunque nadie lo ve, lleva tu nombre, escribiendo nuestra historia, nuestro final.
Me imagino a mí, muchos años después, borrando de mi versión de la historia todas las cosas que, aunque no te dije, siempre pensé.
Y me imagino porque sé que lo haré, siempre lo hago.
Borraré todos los porqués, todos los gritos, tal vez borre el final. Y sólo así quedará como si no hubiera pasado nada.
Como si sólo los recuerdos de los días soleados nos pudieran ayudar a reconstruirlo todo.
Como si esta mañana no hubiera existido nunca.
Como si no te hubieras ido."

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