martes, 11 de diciembre de 2012

Something to carry on.

Anoche me quedé en la puerta tratando de averiguar qué hicimos mal, por qué se nos escapó todo de las manos, por qué me fui.
Desde allí podía oler el azul del verano, las tardes de playa, nuestras bicicletas...
Ayer se llenaba todo de nostalgia, y las luces se apagaban, pero yo sabía que no todo estaba perdido.
Sé que es difícil saber adonde se van las cosas cuando sabes que no van a volver.
Pero, enrealidad, todo el mundo tiene un motivo para volver a empezar. Una mirada detrás de la ventana, una partitura, una carcajada. Todos tenemos algún sueño por cumplir.
Nunca quise pensar que esto acabaría así, y todavía no quiero creerlo.
Porque hace tiempo empecé a pensar que todo está escrito, que detrás de esa mirada vacía, de ese arrastrar de pies, de esas palabras que siempre se ahogan en tu garganta, hay más mundos por descubrir.
Las canciones que suenan siempre en tu cabeza te irán diciendo lo que eres, lo que fuiste, y lo que nunca serás.
Y cuando el camino se haga duro, vuelve a casa.
Allí te darás cuenta de las cosas por las que vale la pena seguir.

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