jueves, 12 de enero de 2012

Through the glass.

Ves sus ojos, iluminando cada cosa que haces, y su mirada, travesando el enorme cristal que os separa.
¿Es que nunca lo aprenderás? Estas cosas ya estaban habladas. Estaba claro, pero tú sabías que volvería a pasar una y otra vez.
No dices nada. No sea cosa que el mañana te abandone de verdad. Y te deje sin toda la alma que le entregaste.
Sabes que si aun te quedaran fuerzas lucharías por ello. Pero tu debilidad te impide lanzárte, y el hielo de esa mirada va partiendote, alimentándose de ese monstruo que tú mismo has creado.
Cuando acabes con esto te arrepentirás de haber perdido tanto tiempo. De no haber dicho las cosas claras, y de no haber abandonado cuando aun quedaba tiempo.
Te mirarás y te verás viejo, pero ya no habrá nada por recuperar.
Porque la infancia no va de una edad a otra, pero la adolescencia se va. Con esa niebla en la que vas escondiendo tu corazón. Tirándote la culpa de no haber disfrutado cuando podías.

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