lunes, 14 de septiembre de 2015

If you love me, let me know.

- No entiendo por qué todo tiene que ser tan complicado siempre - dices, antes de morderte el labio y darle otro sorbo al café. Sé que no vas a responder a lo de antes.
- Nada es tan complicado. 
- Para ti. Para ti que la vida es sólo mirar a los ojos y decir lo que piensas.
- Hay miradas y conversaciones que es mejor no tener que afrontar..
- Ya, pero no tienes por qué fingir, como hago yo. Al menos sabes que la persona que día tras día ves en el espejo eres tú.
- Nadie lo sabe siempre. Todos dudamos en algún momento.
- Constantemente, siento como si todos mis sueños se estuviesen estrellando contra la pared. Nada de esto es lo que esperaba. 

No sé qué hora es pero sé que en tus ojos siempre es medianoche.
Medianoche en Londres.
Desde una orilla del Támesis asisto a tu naufragio.
Te veo hundirte lentamente, burbujas ascienden, pero sé que no estás perdida, que nada puede acabar bajo tu piel.

- Nada nunca lo es - digo, sabiendo que, tú, con la camisa de cuadros de los jueves, de un momento a otro vas a estallar. 

Te miro, todavía veo el agua correr por tu rostro, gotas esperando caer desde tus párpados, arrastrándose por tus mejillas, deslizándose hacia la nada.

Tú tomas el que esperas que sea tu último aliento, pero no lo será.
Yo dejo mi pedazo de Londres en el café, pago la cuenta y me voy.

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