domingo, 28 de diciembre de 2014

Exist.

Su voz es tu refugio ahora que ya no queda nada.
Caminas con miedo, aunque sabes que ya no hay nada que puedas temer, hasta llegar a tu sitio.
Te sientas delante de la ventana, viéndote desfallecer. Y los coches siguen pasando, y el semáforo continua con su estúpida tarea de cambiar de un color a otro. Y todo sigue.
Coges un lápiz y escribes en él todo lo que eres, o todo lo que queda de ti.
Te imaginas en la mente de un escritor, siendo uno de sus personajes, y lo ves en su escritorio con su camisa a cuadros manchada de café, con una mano en la frente, queriendo entenderte.
Sabes que no importa qué, cuando o cómo, porque él escribirá sobre ti.
Se sentará en su silla, cogerá un papel y inventará una historia para ti.
Porque creerá que la mereces.
Así que ahora, levántate, y sal a respirar el aire de la ciudad.
Todos los genios están un poco locos.
Los demás, ya tenemos suficiente con la simple tarea de existir.

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