Wonderwall.

Otra mañana. La misma luz, la misma cama, el mismo desayuno, lo mismo de siempre.
Hoy será el día en que lo soltaré todo.
Estás harto de guardar siempre lo mejor de tí.
Pintar paredes a cubazos de pintura, cantar sin miedo... Hay muchas cosas por hacer, pero aún hay tiempo.
Todos los caminos que teníamos que andar se estan borrando, todas las luces que nos guiaban se están apagando.
A veces tu mundo se cierra y no deja entrar a nadie más.
Sólo se oye tu voz. A oscuras.
Pero hay una luz que nunca se apaga. Eres tú.

Tengo muchas cosas que decir pero no sé cómo.
En un papel todo es mucho más fácil.
Cerrar los ojos y dejarte llevar.
Música.
Nadar a contracorriente.
A veces sueñas que dejas de ser un hombre triste, gritas tu nombre en el cielo y imaginas que alguien responde.
A veces no es sólo un sueño.
El mundo está donde tú quieras verlo.
Conducir por la carretera 206, con el coche azul. Sacar la mano por la ventanilla y hacer olas.
Guardar un soplo de aire para sacarlo todo fuera.
Ojalá la vida sólo fuera eso.
Una máquina de escribir, un blues, una chaqueta vaquera, un Sol menor, un amanecer, un paseo por la playa.
Nunca es tarde.
Las estrellas brillan encima de tí. Sueña conmigo.
Siempre hay tiempo.
No escondas nada, llénalo todo, suéltalo, no vuelvas a apagarte.

La misma canción te salva otra vez, otra mañana, otro desayuno, otro día de lluvia, pero ya no es lo mismo de siempre.
Eres lo que eres.
Naciste para ser esto.
Si alguna vez se te olvidó, era porque perdiste la luz para volver a casa.
Puedes arreglarte.
Sabes que eres fuerte, invencible.
Eres tú.