Carcajadas cargadas de vida, de una felicidad que se esfumo en algún momento que ni siquiera recuerdo, noches enteras persiguiendo estrellas fugaces, abrazos debajo de la lluvia.
Libros que por aquel entonces parecían inolvidables, amores que se esfumaron para no volver nunca, el brillo de algunos ojos que nunca olvidarás, juegos de cartas.
Horas perdidas, días rotos. El calor ya nunca corre por nuestras venas.
El verano brilló en nuestras espaldas huesudas, y se fue, dejando solo la memoria.
El recuerdo de algo que jamás volverás a vivir.
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