martes, 17 de julio de 2012

Hey you.

Tú que has despertado tantas veces con los ojos empapados de lágrimas, con libros en los que te ves reflejado a cada página bajo el brazo, y canciones que te derrumban con solo respirar.
Tú que has estado tan solo, tan triste, tan quemado, que has perdido todo lo que podías perder y te has sorprendido encontrando tardes de sonrisas que jamás repetirás.
Tú que lo das todo por perdido, que amas hasta romperte el corazón, que corres por tu vida sin saber adonde ir, y que gritas cuando todo va mal.
Tú que ahora lloras para luego sonreír, que escribes millones de hojas y las rompes en pedazos para no volver a sentir eso jamás.
Tú que eres tan frágil, tan inhumano, tan sensible, tan letal...
Si, tú que te marchas sin decir adiós, que podías haber cogido el equipaje y coger uno de esos aviones para llevar tu destino bien lejos de aquí, tú que nunca ganas... Algún día serás feliz.
Despertarás mirando a unos ojos con los que siempre has soñado, con miles de historias que contar y más fuerte que nunca. Abrirás los ojos y te verás en un sitio en el que te quieran de verdad, donde podrás cantar sin descanso y vaciar tu mente en un papel sin importarte nada.
Tú que ahora lloras en una esquina de un mundo que parece olvidado, tú que estás harto de todo y de todo el mundo, algún día lograrás vivir sin miedos, sin barreras, como a ti te gusta. Los momentos de mirar atrás te harán gracia y daño, pero podrás decir que a pesar de todo lo vivido, has llegado hasta aquí y has podido entender todas estas palabras.



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