Me perdí en la distancia, en mi ignorancia y en mi sensatez. Pero la seguí buscando, aun con sed. Con ganas de notar su mano, agarrada a la mía, con ganas de notar su aliento junto al mío, y respirar.
Y respirando, pasó el tiempo, y la inocencia nos separó. Busqué su abrazo en la brisa, evite el dolor de su silencio.
El mundo cayó a mis pies, la Luna ya no brillaba, las lágrimas se apoderaron, y mi vida se quedó sin luz.
Pero dos meses después, cuando todo parecía perdido, encuentro ese afecto que nos faltó, encuentro esa chispa, entre los dos. Y solo somos amigos, sí, no necesito nada más. Su amistad me hace más fuerte, su amistad me hace volar.

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