Esos susurros me matan. Siento que ese sitio que intento crear ya está ocupado. Y cuando no hay sombras en las que esconderme, y el Sol me quita las ganas de vivir, siempre aparecen aquellas cosas, con las que, con la lluvia, vuelvo a sonreír.
No importa lo duro, no quiero saber el cómo. Quiero sentir las riendas, conducirme a mis sueños. No sirve de nada esperar. La felicidad no se cobra por horas.
"Vive y sueña; lo demás ya es secundario"

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