Vuelve la dulce melodía de una guitarra que te trae a casa, como si el tiempo volviera a tus manos y pudieras arreglarlo todo de nuevo.
Sientes que todo está hecho de ti, y que por eso todo se rompe. Frágil.
Tus ojos se inundan porque saben que tienes miedo de ti, de tu historia, de que las palabras se rompan en pedazos.
Y eres tú.
Te ves en todas partes.
Y no sabrías qué hacer para cambiarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario