Sin prisa, abres los ojos, y te encuentras con los míos. La calma, el silencio que buscábamos.
No digas nada, no lo rompas, sólo respira. Sabes que no me gustan las palabras por las mañanas.
Correr entre las rocas hasta llegar donde rompen las olas, sólo para ver mi color favorito.
El aire te mueve el pelo, suave, tu sonrisa.
Unas mejillas llenas de pecas, los ojos verdes, caracolas.
Si miras atrás ya no queda nada que pueda hacerte daño.
Sólo se oye el murmullo del mar, la espuma, el dulce caminar de unos pies desnudos sobre la orilla...
Morir es tener respuestas para todo.
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